“No puedo ir de viaje porque tengo miedo de no encontrar un baño cuando lo necesito.”
“No puedo contarle a mi médico/familia/amigos sobre la incontinencia porque tengo miedo de lo que pensarán.”
“No puedo ir al gimnasio porque tengo miedo de tener un accidente y que todos lo noten.”
Cuando se trata de la incontinencia, quizás tengamos estos pensamientos que no ayudan para nada.Hay que dejar de encerrarse en ellos y tomas las riendas de la vida con ACCIONES para solucionarlo
1. Consulte a su médico
Obtener asesoramiento profesional específico para la incontinencia es la mejor oportunidad de reducir o incluso eliminar las fugas. Recorda que es muy común, por lo que no es nada nuevo para su médico.
Su médico debería preguntarte acerca de su salud en general, cualquier problema que tenga, los medicamentos que estés tomando, cirugías que haya tenido, antecedentes de embarazo y enfermedades que haya tenido en el pasado. También te preguntará acerca de tus hábitos urinarios: con qué frecuencia evacúas la vejiga, cuándo y cómo perdes orina, o cuándo es que tienes los accidentes.
2. Salí de tu casa preparada/o
Después de un momento embarazoso, es fácil retirarse de las actividades que alguna vez amaste. Pero sentarse al margen no es la respuesta. Usa y lleva en tu bolso los productos que ayuden con la incontinencia y llevate también ropa interior de repuesto en caso de que ocurra una fuga fuera de casa. También ayuda la costumbre de vaciar la vejiga antes de realizar cualquier actividad que pueda producirte fuga.
3. Hacé ejercicio
Una forma útil de reducir las fugas es fortalecer los músculos de su suelo pélvico. Podes hacer esto con yoga, Pilates, tai chi, caminar y Kegels. El truco es asegurarte de tener la forma correcta: se necesita práctica para encontrar y apretar correctamente los músculos del piso pélvico.
Sabemos que llevar un peso extra puede debilitar los músculos del piso pélvico y provocar incontinencia, por lo que hacer tiempo para hacer ejercicio puede ayudar a mantener su peso bajo control. De hecho, las investigaciones muestran que las mujeres con un peso promedio de alrededor de 90 kilos que pierden el 10 por ciento de su peso corporal pueden reducir las fugas en un 70 por ciento.